Podríamos preguntar a cada uno/una de las jóvenes cuanto puede llegar a
gastarse en un fin de semana. Esa o ese joven podrían afirmarnos que los
transportes pueden llegar a superar más de 10 euros en ir de Valdemoro a Madrid
y la vuelta, cogiendo un par de metros. Podrían confirmar que ir a un concierto
a una sala privada, o ir al cine o cualquier otra actividad lúdica, sería un
verdadero desembolso para nuestra apretada cartera. Nos podría corroborar esa
juventud, cuanto cuestan las copas de los bares y más aún, cuanto cuesta la
multa por beber en la calle. Y sobre todo nos asegurarían lo complicado que es
acceder al arte y la cultura.
Ahora imaginemos que existiesen centros, que no fuesen gestionados por
empresas privadas. Imaginemos que a esos centros se pudiera entrar
gratuitamente, que las instalaciones pudieran dar un servicio de ocio para la
juventud como conciertos gratuitos o muy baratos, por ejemplo. Supongamos que
además, en esos centros se pudiera dar un espacio a suplementos escolares, o
fuera un buen lugar de reunión con tus amistades, o para practicar deporte. Y
para rematar, vamos a fantasear que el dinero que dieramos a cambio de
diferentes servicios, no iría a una empresa privada sino que iría destinada
para un bien social.
Y ahora reflexionemos. ¿Qué pasaría si esos centros existieran y que
además dieran un servicio real a la juventud? Y principalmente, ¿Cómo
reaccionaria esa juventud, si a causa del gobierno dirigido por la banca y las
grandes empresas, desalojaran a todo el mundo de su interior y lo derribasen, a
saber para que proyecto privado?
Esto fue lo sucedido el 26 de mayo en el barcelonés barrio de Sants,
cuando los Mossos se disponían a utilizar la violencia para echar a los hombres
y mujeres que trabajaron durante 17 años para construir la CSA Can Vies. Un
espacio utilizado para el ocio y la política, del cual su único crimen fue
mantenerse alejado de la avaricia económica que legitima este sistema
económico. Así y tras duros días de lucha en la calle, el futuro de este centro
y del resto de centros ocupados es incierto, pues presenciamos diariamente el
ataque a la Madreña, y presenciaremos el ataque a la Traba.
Sin duda, esto demuestra que los que controlan el dinero, no te permiten
quedarte con las pocas migajas que tienes, y que además si intentas defender
tus migajas, serás apalizado por ello. Esto demuestra la crueldad de un sistema
que respeta a las personas dependiendo el dinero que ingreses en tu cuenta
bancaria y esto refleja, que cualquier tipo de acción que no sea de exclusivo
beneficio para las grandes empresas, será condenado a su extinción, si no
existe una lucha continuada.
Por ello y finalizando, el BJV apoya a los y las compañeras de Cataluña,
que han dado su esfuerzo en reconstruir los sueños de los que allá por el 1997
tuvieron al ocupar el Can Vies.
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