jueves, 12 de junio de 2014

Construir alternativas, defender nuestros barrios.

Podríamos preguntar a cada uno/una de las jóvenes cuanto puede llegar a gastarse en un fin de semana. Esa o ese joven podrían afirmarnos que los transportes pueden llegar a superar más de 10 euros en ir de Valdemoro a Madrid y la vuelta, cogiendo un par de metros. Podrían confirmar que ir a un concierto a una sala privada, o ir al cine o cualquier otra actividad lúdica, sería un verdadero desembolso para nuestra apretada cartera. Nos podría corroborar esa juventud, cuanto cuestan las copas de los bares y más aún, cuanto cuesta la multa por beber en la calle. Y sobre todo nos asegurarían lo complicado que es acceder al arte y la cultura.

Ahora imaginemos que existiesen centros, que no fuesen gestionados por empresas privadas. Imaginemos que a esos centros se pudiera entrar gratuitamente, que las instalaciones pudieran dar un servicio de ocio para la juventud como conciertos gratuitos o muy baratos, por ejemplo. Supongamos que además, en esos centros se pudiera dar un espacio a suplementos escolares, o fuera un buen lugar de reunión con tus amistades, o para practicar deporte. Y para rematar, vamos a fantasear que el dinero que dieramos a cambio de diferentes servicios, no iría a una empresa privada sino que iría destinada para un bien social.
Y ahora reflexionemos. ¿Qué pasaría si esos centros existieran y que además dieran un servicio real a la juventud? Y principalmente, ¿Cómo reaccionaria esa juventud, si a causa del gobierno dirigido por la banca y las grandes empresas, desalojaran a todo el mundo de su interior y lo derribasen, a saber para que proyecto privado?

Esto fue lo sucedido el 26 de mayo en el barcelonés barrio de Sants, cuando los Mossos se disponían a utilizar la violencia para echar a los hombres y mujeres que trabajaron durante 17 años para construir la CSA Can Vies. Un espacio utilizado para el ocio y la política, del cual su único crimen fue mantenerse alejado de la avaricia económica que legitima este sistema económico. Así y tras duros días de lucha en la calle, el futuro de este centro y del resto de centros ocupados es incierto, pues presenciamos diariamente el ataque a la Madreña, y presenciaremos el ataque a la Traba.

Sin duda, esto demuestra que los que controlan el dinero, no te permiten quedarte con las pocas migajas que tienes, y que además si intentas defender tus migajas, serás apalizado por ello. Esto demuestra la crueldad de un sistema que respeta a las personas dependiendo el dinero que ingreses en tu cuenta bancaria y esto refleja, que cualquier tipo de acción que no sea de exclusivo beneficio para las grandes empresas, será condenado a su extinción, si no existe una lucha continuada.

Por ello y finalizando, el BJV apoya a los y las compañeras de Cataluña, que han dado su esfuerzo en reconstruir los sueños de los que allá por el 1997 tuvieron al ocupar el Can Vies.


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