La reforma sanitaria llevada a cabo, es considerada puro racismo
sanitario, el hecho de excluir de una manera tan brutal a inmigrantes en
situación administrativa irregular, deja ver de una forma muy clara las
prioridades del capital, en el cual, la sanidad pierde su completo carácter de
universalidad para anteponer, como siempre, los beneficios económicos.
En abril de 2012 el Gobierno aprobó la retirada de la tarjeta sanitaria a los
sin papeles y la exclusión de una asistencia sanitaria completa,
exceptuando casos como, urgencia por enfermedad grave o accidente;
asistencia al embarazo, parto y postparto, y en el caso de ser menores de
18 años, ya que según la ministra de Sanidad Ana Mato: ”la tarjeta sanitaria
es para los españoles.”
El burdo intento de encubrir esta medida con el llamado turismo sanitario,
sólo consigue una mayor incredibilidad, ya que los verdaderos afectados,
son la clase trabajadora sin recursos, como Alpha Pam, un inmigrante
senegalés que falleció en su domicilio el 21 de abril por tuberculosis por la
supuesta falta de asistencia hospitalaria adecuada en Mallorca.
No debemos permitirnos el lujo de llegar hasta tal punto, es hora de alzar
nuestras voces y demostrarles que el pueblo no desea una sanidad de ricos;
todas las personas tienen el derecho a recibir una sanidad gratuita y de
calidad, eliminemos de raíz cualquier tinte racista de nuestra
sociedad.
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